Conquistando el Portalet

Llego el 21 de Septiembre a las 6:30 de la mañana sonó la alarma y empezaba la aventura. 

Preparamos el desayuno y ultimamos los últimos detalle de lo que se nos avecinaba. Acabamos de cargar el coche con la bici, la ropa de cambio para después y le echamos de beber para llegar y volver de nuestro destino.

Tras echar gasolina me monto en el coche y me pongo en marcha, busco una lista de reproducción que la que necesito para este viaje de no más de hora y media de trayecto. Pongo la música a todo volumen y canto como si estuviera en mitad de un concierto, de hecho por momentos con cada grito en las canciones noto como mi garganta se resiente y me dedico a hidratarme bien y a disfrutar de las vistas y del viaje. 

Llegamos al punto desde el que empezaré mi ascensión, sí mi ascensión de 1794 metros de desnivel ese es mi propósito, miramos el clima a través del teléfono nos marca lluvias y el cielo está bien cubierto, pero nada me desanima, tengo en la mente mi objetivo. 

Entro a tomar un café en el restaurante y aprovecho para usar el lavabo, tanta hidratación... trae consecuencias 🤪🤪. 

Tras el café y el uso reglamentario del lavabo salgo a la calle parece que el sol quiere brillar, pero las nubes se lo impiden un poco. Saco la bici del coche, la bolsa con la ropa y elijo lo necesario para el día que se me puede presentar. Cojo la alimentación (plátanos, isotonico y agua), ponemos el Garmin en marcha para que se ubique y en unos segundos se escucha el pitido de GPS listo... llego el momento de empezar. 

Allí voy con mi bici, mi chubasquero fosforescente y mis ganas esas nunca faltan empiezan los primeros minutos y si os soy sincera aún no me creo estar allí... si soy sincera siempre me lo he propuesto, he puesto fecha, pero por economía, salud o trabajo siempre me rendía y decía en otro momento, pero esta vez no, esta vez lo logré estaba allí. Puede que sea que el periodo está cerca o simplemente las ganas que tenia de aquel reto. Tan prometedor para mi en un año que las competiciones van a brillar por su ausencia... esto es lo que nos da la vida a los deportistas, retos que nos hagan seguir al 100% en los entrenamientos. 

Bueno y empieza lo interesante. Salimos desde Senegüe donde dejamos nuestro coche a la espera de nuestra vuelta con kilómetros hechos y la ascensión conseguida. Los primeros 10 kilómetros son suaves con alguna que otra subida y bajada y ahí empiezo a sentir sensaciones... la primera es de emoción, porque después de mucho esperar estaba ahí rodando por el Pirineo. Llego a Biescas y la cosa empieza a ponerse serio empiezan las primeras cuestas duras y llegan los carteles que te van avisando de los kilómetros que te quedan para llegar al Portalet y eso para la cabeza a veces es bueno y otras... mala, pero ahí vamos. Empieza poniendo que me quedan 27 kilómetros y dices joder pues aún queda, pero según voy subiendo... voy devorando kilómetros y se me hace ameno, se me hace llevadero, vamos con unas marchas suaves y una pedaleada ligera sin hacer mucha fuerza, pues nos queda mucho camino y porcentaje de pendientes duro, es momento de administrar las fuerzas y escuchar al cuerpo. El tráfico en la carretera es ligero, no hay mucho y me respetan, me dan mi espacio y me adelantan con cabeza. 

Cuando ya llevo una hora más o menos de rodaje el cuerpo me pide echar líquidos y claro con tanto campo... lo único que necesito es parar en un sitio en que no se me vea el culo al pasar por la carretera. Recuerdo que en el desvío de Hoz de Jaca hay un camino un poco más protegido de la carretera en el que podré parar, pero al llegar al cruce... hay unos obreros, valoró el estado de mi vejiga y veo que podemos seguir tiro un poco más y llego al cruce de la urbanización Del Valle de Tena y justo hay unos contenedores y pienso ahí es, esta es mi parada. Ahora toca desvestirse porque no se porque cojones me puse los tirantes sel cullot... me quito el chubasquero, el maillot y los tirantes.... y por fin me quito de encima los líquidos que ya no sirven. Aprovecho para parada para beber, para comer un poco de plátano y sigo no quiero quedarme fría, porque aunque aún no ha llovido... el ambiente esta húmedo, aunque a ratos aprieta el sol y subiendo... sudo, de hecho me planteo un par de veces quitarme el chubasquero, pero me quito la idea porque ya voy toda mojada de sudor y quitarme en ese momento algo de ropa seria coger un catarro o algo peor. Sigo tirando y los kilómetros siguen pasando y los voy viendo.... llegamos a los últimos 10 kilómetros y al ver ese cartel se que la cosa se empieza a poner seria. Ahí en ese momento llegan las emociones... Joder ya llevo 27 kilómetros y casi sin enterarme se me ha hecho fácil, llegan a la cabeza los fantasmas, porque veo que lo que llega es bastante difícil, podré llegar, lo lograré, me caeré?? Pero durante todas estas dudas sigo para arriba. En ese momento me acuerdo de mi mujer y todas esas palabras se apoyó que me daria en ese momento, siento que mis ojos se llenan de lágrimas pero se felicidad porque me doy cuenta de que tengo a mi lado a una persona que es capaz de empujarme hasta cuando ya no quiero que lo hagan y ella siempre está ahí para darme lo que necesito. Lloro, si, de alegria, de felicidad y de sensación de soltar lastre, en ese reto estaba dejando por el camino tantas sensaciones... me estaba liberando de las cosas que no son importantes, cada lagrima estaba sacando las cosas malas de mi vida y me alegro, me alegro de ese sentimiento. 

Sigo subiendo y de repente 6 kilómetros 🙀🙀 no me lo puedo creer ya estaba ahí y no llevaba mucho tiempo. Seguí subiendo y de repente empecé a encontrarme con vacas y terneros pastando libremente y que felicidad es ver eso, ver a los animales libres. Cuando estoy en mi recorrido encuentro una vaca cerca de carretera de hecho solo nos separaba una zanja, no muy grande, si estiraba la mano podía tocarla y me dije voy a sacarle una foto y cuando estoy sacando el móvil... vuelvo a mirar a la vaca y me está mirando con cara de pocos amigos, con cara de... “como te acerques...” y por unos segundos me quedo un poco helada y me digo “déjalo que como salte la zanja... te veo corriendo y no sobre la bici y desde luego los prados se te van a quedar cortos 😂😂😂” así que... dejo a la vaca tranquila y me aparto un poco de ella (por lo que pueda pasar) y sigo mi camino. Por unos kilómetros perdi los postes de vista y de repente... 1 kilómetro!! Y me quede como “q cojones he hecho??” Ahí estaba yo... estaba a punto de hacerlo, porque aún no lo había hecho. Seguí y segui y llegué, llegué a la cima, llegué a la frontera y la felicidad... era inmensa!! Llegué en 2:37 horas, no me lo podía creer, habíamos puesto como posible tiempo las 3/3:30 horas y las aplasté, no me lo podía creer. 

Mi felicidad era enorme, pero no solo para mi, también para mi mujer que me acompañó en todo ese recorrido, que tiro de mi en momentos que la cabeza se bloquea y quieres hincharte a llorar, pero sacas los pensamientos y sonríes por lo que estás haciendo. Ella me acompañó en todo mi recorrido en mi corazón y en mi cabeza, pero llegamos juntas. 

Y tras unas cuántas fotos para recordar ese momento por mucho tiempo y por supuesto pisar Francia por 5 minutos... tocó bajar... y hay amigos... con la bajada llego la lluvia, el viento y la precaución, porque vaya agua me callo, a ratos tiritaba del frío de ir sin pedalear por la bajada, sentía los calcetines pensados, el culo mojado y los pies tiesos.... me costo bajar 1:30 horas y al empezar a quitarme ropa... iba empapada y lo q es peor... olía a perro mojado. Al quitarme los calcetines... tenia los dedos congelados, los movía y no los sentía, no me lo podía creer. Me seque bien, me abrigue y fui a comer. 

Por la tarde pasee un poco por Panticosa para soltar piernas y sentir la naturaleza en los sentidos. 

Agradezco el apoyo de mi mujer y de las personas que se molestaron en dejarme algún mensaje. 

Gracias amor por aconpañarme y ayudarme a conseguir otro reto.