Un revolcon

Los días libres son de deporte, de pensarte, de mirarte, de rozarte y si cuela un revolcon en el sofá, comerte a besos y mirarte a los ojos como si fuera la mejor película que he visto nunca.

Nos abrazamos en el sofá tapados con la manta y no encuentro mejor lugar en el que estar. Te acaricio suave el hombro mientras re doy algún beso en la frente y sonríes como una niña pequeña cuando lo hacen un lindo regalo.

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